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Motivación para trabajar en el socialismo

Cuando el socialismo se haya establecido, las condiciones sociales habrán cambiado, y esto se hará más notable en dos aspectos. En primer lugar, los individuos humanos no tendrán más problemas de provisión material. Todos tendrán acceso a las cosas que necesitan para vivir y disfrutar de la vida, como la comida, ropa, vivienda, salud, transporte y entretenimiento. Considerando la constante preocupación que estas cosas provocan hoy a casi todos menos a los muy ricos, y cuánto de nuestro tiempo y energía nos toman, esto representará un gran cambio en las condiciones en que vivimos.

En segundo lugar, con la abolición de la división de la sociedad en dos clases con intereses antagónicos, con una tratando de explotar el trabajo de la otra en la medida de lo posible, y con la otra resistiendo; habrá, por primera vez desde la interrupción del primitivo comunismo tribal en el que los humanos vivieron por decenas de miles de años, una genuina comunidad, con un genuino interés social común. Esto también representará un gran cambio de condiciones sociales comparado con la situación actual.

Los humanos no son “perezosos por naturaleza”, antes bien al contrario, necesitamos ejercitar nuestras energías físicas y mentales; pero, naturalmente, queremos hacerlo en forma creativa, agradable, o por lo menos significativa. A lo que la gente objeta es al trabajo que es aburrido, agotador, y sin sentido, pero este es el único tipo de trabajo que el capitalismo ofrece a la mayoría de las personas, a cambio de vender sus energías físicas y mentales a un empleador por un sueldo o salario. Es tal trabajo para un empleador al que la gente busca evitar, y que da lugar al argumento de que “los humanos son perezosos por naturaleza”. Pero incluso en el capitalismo, si las personas piensan que el trabajo es creativo o útil, ellos lo realizarán, incluso sin requerir pago, como dan testimonio de ello el tiempo y la energía que muchas personas dedican al trabajo voluntario, o a sus hobbies y pasatiempos. En una sociedad socialista, liberada de la explotación y de la necesidad de trabajar por un salario, es claro que el trabajo todavía tendrá que ser ejecutado para producir los bienes y servicios a los que la gente tendrá libre acceso, pero esto será cuestión de organización, de coordinar el trabajo que necesita ser hecho con las personas dispuestas a hacerlo, en las muy diferentes condiciones de trabajo que entonces prevalecerán.

La venida del socialismo no requerirá de grandes cambios en la manera en que nos comportamos, solo esencialmente la acentuación de algunos comportamientos que la gente exhibe hoy (amistosos, serviciales y cooperativos) a costa de otros que el capitalismo fomenta. El capitalismo tiene una cultura que todo lo permea de violencia, competitividad y ansias de adquirir, y la gente está bajo la presión de adaptar su comportamiento a éste. En el socialismo esta cultura desaparecerá, y el comportamiento de la gente ya no estará moldeado por ésta


Por supuesto, algunas veces las personas se sentirán frustradas y molestas, y esto ocasionalmente encontrará expresión en un acto de agresión, pero esto será el acto aislado de un individuo. Los actos sociales de violencia, como la guerra, el entrenamiento para la guerra, el terrorismo, el crimen violento, el vandalismo, y cosas por el estilo, desaparecerán, ya que las condiciones sociales que los generaron y sustentaron habrán desaparecido.

Tampoco el socialismo requiere que todos nos convirtamos de repente en altruistas, poniendo el interés de otros por sobre el nuestro. De hecho, el socialismo no requiere que las personas sean más altruistas de lo que lo son hoy (un comportamiento que es mayor que el que los deterministas biológicos quieren admitir, y que les presenta el insoluble problema teórico de cómo un gen para tal comportamiento – en el cual se han obligado a sí mismos a creer – pueda haber evolucionado). Siempre estaremos interesados primariamente en nosotros mismos, en satisfacer nuestras necesidades, nuestra necesidad de ser bien considerados por otros, así como nuestras necesidades materiales y sexuales. Sin duda desearemos también “poseer” nuestro cepillo de dientes, nuestra ropa y otros artículos de uso personal, y sentirnos seguros en nuestra ocupación física o en la casa o apartamento en el que vivamos, pero solo será eso: nuestra casa, y no un activo financiero.


Tal comportamiento “egoísta” todavía existirá en el socialismo, pero el ansia de adquirir alentada por el capitalismo ya no existirá más. Bajo el capitalismo debemos buscar acumular dinero, ya que entre más dinero tengamos mejor podremos satisfacer nuestras necesidades materiales, y como un seguro por si algo sale mal (como perder un empleo) o como algo para dar a los hijos o a los nietos. Las personas están por lo tanto obligadas por sus circunstancias materiales a buscar conseguir dinero, ya sea por medios legítimos o ilegítimos, y de ser necesario, cuando la situación así lo requiera, a expensas de otros. Por esta razón el capitalismo se ha ganado el nombre de “sociedad adquisitiva”.

El socialismo no será una “sociedad adquisitiva”, y no necesitará serlo, ya que todos serán capaces de satisfacer sus requirimientos materiales por derecho, y sin necesidad de pagar con dinero. De hecho, debido a que los recursos productivos y el producto social serán de propiedad común, no habrá necesidad de dinero; solo productos – bienes y servicios útiles – listos para ser distribuidos para que la gente los use y los tome. Y como la gente podrá estar siempre segura de que las tiendas estarán siempre aprovisionadas con las cosas que necesitan, no habrá incentivos para arrebatar y atesorar con avaricia; ese sería un comportamiento irracional y sin sentido en las nuevas condiciones sociales.


Escritos relacionados:

  • Objeciones (capítulo del libro de Kropotkin “La Conquista del Pan”).

Por Adam Buick