La
Revolución Rusa en Retroceso, 1920-24. Los trabajadores
Soviéticos y la nueva élite comunista.
Por Simón
Pirani, Routledge, 2008.
Una de las consecuencias de la
caída del capitalismo de Estado en la URSS a principios de los años
90, ha sido la apertura de los archivos del antiguo régimen,
incluyendo los archivos de la policía secreta. Este libro es
un estudio fascinante, tomando como base los apuntes
de las actas de las reuniones de los soviéticos, los
comités de fábrica, así como también los informes de la
policía, y de las luchas de los obreros en Moscú
durante el período del 1920 al 1924, en la defensa de
sus intereses en contra del gobierno Bolchevique. Pirani
también describe el comienzo de la aparición de miembros del
Partido bolchevique que se fueron convirtiendo en una nueva elite
privilegiada.
Las condiciones en Rusia
durante el periodo de la Guerra Civil que ocurrió durante el periodo
del 1920 al 1921, e inmediatamente después de su culminación,
fueron nefastas para la población rusa. .A los
trabajadores se les pagaba en especies, pero las raciones a menudo
llegaban tarde, y algunas veces eran
reducidas. Esto dio lugar a que ocurrieran protestas y
huelgas, que el gobierno bolchevique solo estaba dispuesto
aceptar, siempre y cuando estas fueron de carácter puramente
económicas, y no a desafiar el régimen. El gobierno estaba
particularmente nervioso en el 1921 en el momento que había
ocurrido la Rebelión de Krondstadt, la cual exigía a los
soviéticos demandas de elecciones libres, y un
relajamiento de la prohibición del comercio privado, demandas que
tenían la simpatía de muchos trabajadores. De hecho, en las aún no
totalmente elecciones no libres, los soviets locales de ese
año, miembros de otros partidos (Mencheviques, socialistas
revolucionarios, anarquistas) y no militantes de partido,
obtuvieron beneficios a expensas de los Bolcheviques. Pirani se
concentra en estas demandas “no partidistas” que
parecen haber sido militantes fabriles que querían
concentrarse en las cuestiones económicas, pero con una aguda
comprensión del equilibrio de fuerzas que podían ser
extraídas del mismo gobierno.
En 1923 el
gobierno comenzó a reprimir a los demás partidos
políticos, incluyendo a los activistas de las
fábricas, y se les prohibió llevar a cabo cualquier tipo de
actividad política abierta. Pirani señala que las
organizaciones políticas no comunistas pudieron operar abiertamente
en Moscú otra vez hasta el final del periodo Soviético”.
Los elementos no partidistas pudieron sobrevivir más,
mientras que los bolcheviques trataron de ganárselo a ellos
hacia las filas de su partido. La oposición política se
limitó a disidentes bolcheviques, dentro y fuera del partido,
algunos de los cuales asumieron posiciones pro obrera,
por mejoras salariales y por mejores condiciones, pero, con el
tiempo ellos también fueron silenciados, y muchos de ellos se
sumaron a los miembros de los demás partidos, que fueron
enviados a los campos de trabajos forzados de Asia
Central, y Siberia.
La típica actitud de
Lenin fue la que siempre manifestó veinte años atrás en su famoso
panfleto ¿Qué hacer?, en el cual el indicaba que
los trabajadores no podían llegar a conocer sus intereses ellos
mismos, partiendo de esta idea, sus intereses deberían ponerse
en las manos de una elite intelectual, de profesionales
organizados en un partido de vanguardia. Pirani resume parte
del discurso que Lenin pronunció ante el undécimo
Congreso del Partido bolchevique en el 1921:
“Lenin
argumenta que la clase obrera de Rusia no puede considerarse
debidamente como miembros del proletariado. Citamos «A menudo
cuando las personas dicen ‘trabajadores’, piensan que eso significa
que es un trabajador fabril, ciertamente no lo es, continua
diciendo Lenin: La clase obrera que Marx describió en sus escritos,
no existía en Rusia, Lenin, vuelve y argumenta. Adonde quiera
que usted vea, los trabajadores que están en las fábricas,
estos no son proletarios, son trabajadores ocasionales de toda
índole.”
Pirani comenta que “la
consecuencia práctica de esta idea, es que la toma de
decisiones políticas se había concentrado en el partido”.
Esta distinción entre la clase obrera actual (en la cual no se
podía confiar) y el “proletariado” (organizado en un
partido de vanguardia con conocimiento) ha sido heredada por todos
los grupos leninistas desde entonces, y es utilizada para
justificar la dictadura del partido sobre la clase obrera.
El
libro escrito por Pirani debe ser leído por aquellas personas
que piensan, o que quieren refutar, la idea de que el estado
que existió en Rusia bajo del régimen de los Bolcheviques
nunca podría ser descrito como un Estado Obrero. Los
trabajadores tendrán siempre que luchar por la defensa de sus
intereses, y de sus condiciones salariales, y en contra de las
condiciones que pueda n afectarlos, aun durante el tiempo de
Lenin y de Trotsky.