El Jornal Critique recientemente ha
publicado la traducción de un artículo escrito por Ernesto Mandel
en el que desarrolla su acostumbrado tema de que, en el curso de la
evolución social, interviene – y debe intervenir – entre el
capitalismo y el socialismo una “sociedad” transicional con
su propia base social, relaciones de producción, etc.
(http://www.ernestmandel.org/en/works/txt/1973/ten_theses.htm).
Este es un punto de vista que vale la pena discutir,
pero, a pesar de la terminología marxista en la que se expresa, no
es de hecho un punto de vista sostenido por Marx. El presente
artículo tratara de demostrar que Marx hablo de un “un período
político de transición” entre el capitalismo y el socialismo,
pero nunca hablo de una “sociedad transicional”.
Entonces, ¿qué quería decir Marx cuando hablaba de
este “periodo de transición”? Al contrario de lo que
habitualmente se ha difundido (en gran parte como resultado de
décadas de propaganda Estalinista y Trotskista), para Marx este
periodo no era aquel entre el establecimiento de la propiedad
colectiva de los medios de producción, y el tiempo cuando podía ser
llevado a cabo el principio “de cada cual, según sus
capacidades; a cada cual, según sus necesidades”. Más bien es,
el periodo durante el cual la clase obrera usaría el poder estatal
para colectivizar los medios de producción.
En otra
palabras, el periodo de transición es una forma política entre la
toma del poder político por la clase obrera dentro de la sociedad
capitalista y el eventual establecimiento del socialismo, un periodo
durante el cual la clase obrera ha reemplazado a la clase capitalista
como clase dominante, y la clase que a la vez tiene el control del
poder estatal.
El fin de este periodo de transición
es el establecimiento de una sociedad sin clases basada en la
propiedad colectiva y el control democrático de los medios de
producción por el conjunto de la sociedad, con la desaparición
consecuente del estado coercitivo, el sistema del trabajo asalariado,
de la producción de mercancías destinadas a la venta en el mercado
con el propósito de producir ganancias, la ley de compra y venta, la
desaparición del sistema monetario, y del mercado por completo.
Por lo tanto, para Marx el “periodo de transición”,
Era el periodo después de la toma del poder político de la clase
obrera y antes del efectivo establecimiento de la propiedad colectiva
de los medios de producción, este concepto está muy claramente
expresado tanto en sus primeros y últimos escritos.
En
el 1852 escribía a su amigo Weydemeyer el cual residía en Estados
Unidos de Norte América, que una de las cosas que había demostrado
era que “la dictadura del proletariado” (como llamaba al
periodo de control proletario del poder estatal) “solo
constituía la transición a la abolición de las clases y a una
sociedad sin clases” (énfasis añadido).Federico Engels resume
su ponto de vista, y el de Marx en el 1873 de la siguiente manera:
“Los opiniones del socialismo científico Alemán
sobre la necesidad de la acción política del proletariado y de su
dictadura como la transición de la abolición de las clases y con
ellas del Estado… » (Contribución al problema de la vivienda,
énfasis añadido).
El periodo de transición, por
lo tanto, es el periodo hasta el establecimiento de la propiedad
colectiva de los medios de producción. De nuevo, en el 1875 en sus
notas particulares sobre él Programa de Gotha adoptado por el
congreso de unificación de los socialdemócratas alemanes, Marx
escribió:
“Entre la sociedad capitalista y la
sociedad comunista media el período de la transformación
revolucionaria de la primera en la segunda. A este período
corresponde también un período político de transición, en el cual
el Estado no puede ser más que la dictadura revolucionaria del
proletariado.”
(http://www.marxists.org/espanol/m-e/1870s/gotha/gotha.htm#ii)
Podemos resaltar aquí que, Marx usa las palabras
“socialista” y “comunista” intercambiablemente al
referirse a la futura sociedad sin clases, (aunque, él prefería la
palabra “comunista”, pero seguiremos usando el termino de
Engels. y emplearemos la palabra “socialismo” para
describir la futura sociedad sin clases, basada en la propiedad
colectiva y el control democrático de los medios de producción). La
idea de que el “socialismo” y el “comunismo” eran
dos fases sucesivas de la sociedad pos capitalista no se encuentra en
los escritos de Marx, sino que proviene de Vladimir Lenin. De este
modo, cuando Marx escribe, con las expresiones antes mencionada, de
una “sociedad comunista” quería decir lo mismo que cuando
escribía de la “sociedad sin clases” en el 1852.
Es
cierto que Marx se dio cuenta de esto, si se hubiera establecido el
socialismo en su día, no hubiera sido posible implementarse
inmediatamente, e incluso durante algunos años, el principio “de
cada cual, según sus capacidades; a cada cual, según sus
necesidades”, y el libre acceso para todos a los bienes de
consumo y servicios de acuerdo con la necesidad individual también
no hubiera sido posible ser implementado inmediatamente.
En
los primeros años del socialismo, si se hubiese establecido en ese
tiempo, debería de haber habido inevitablemente algunas
restricciones en al acceso a los bienes de consumo y servicios,
alguna forma de, si lo prefieren, de “racionamiento” (si la
asociación de esta palabra con les cartillas de racionamiento del
tiempo de guerra y de la posguerra se olvida, parque aunque el total
libre acceso de acuerdo a la necesidad no hubiera sido posible en
1875 la suma asignada para el consumo podría haber sido
considerablemente más alta que lo que los trabajadores conseguían
bajo en capitalismo). Marx sugirió como un posible método los
llamado certificados de tiempo del trabajo.
Es
importante poder ver que solo fue una sugerencia, aun mas, es un
punto de vista que está abierto a objeciones, Pero el punto de vista
de Marx era que sería necesario algún método de racionamiento del
consumo, durante algún periodo de tiempo. Se refería al periodo del
socialismo durante el cual éste sería así, como “la primera
fase de la sociedad comunista”, comparada con la “fase
superior” en la cual el libre acceso a los bienes de consumo y a
los servicios podrían ser satisfechas. Nótese que Marx habla de
diferentes fases de la misma sociedad, una sociedad “basada en
la propiedad colectiva de los medios de producción”, una
sociedad sin clases, sin Estado, sin salarios, y sin sistema
monetario (Marx deja bien claro que los “certificados del tiempo
de trabajo” no eran dinero, “dista tanto de ser dinero
como, digamos, una contraseña del teatro” como lo expuso en El
Capital, tomo 1, capitulo 3). Sin duda se puede hablar de una
transición de la “primera” fase a la fase “superior”
del socialismo, pero persiste el hecho de que Marx no empleó el
concepto de “periodo de transición” en este sentido. Para
él, como hemos explicado, era la transición del capitalismo al
socialismo y no de una fase del socialismo a la otra.
¿Cuánto
esperaba Marx que duraría este periodo de transición política? Su
opinión sobre esta pregunta cambio durante el periodo de su vida
política. En 1848, percibió claramente que tendría que durar
bastantes años. Treinta años más tarde, el y Engels pensaban que
podría ser considerablemente más corto, como resultado del tremendo
desarrollo de la industria moderna en el periodo intermedio.
El
Manifiesto Comunista de 1848 habla de la toma y uso del poder
político por la clase obrera, haciendo uso de su supremacía
política
“para ir despojando paulatinamente a la
burguesía de todo el capital, de todos los instrumentos de la
producción, centralizándolos en manos del Estado, es decir, del
proletariado organizado como clase gobernante, y procurando fomentar
por todos los medios y con la mayor rapidez posible las energías
productivas.”
(http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-manif.htm)
Marx y Engels prosiguen haciendo una lista de varias
medidas inmediatas que ellos y los otros miembros de la Liga
Comunista creían que la clase obrera debería tomar al llegar al
poder, con objeto de hacer “incursiones despóticos sobra los
derechos de propiedad”. Ellos concluyen así:
“Tan
pronto como, en el transcurso del tiempo, hayan desaparecido las
diferencias de clase y toda la producción esté concentrada en manos
de la sociedad, el Estado perderá su carácter político.”
Claramente, en el 1848, Marx y Engels esperaban que el
periodo de transición al establecimiento de la propiedad colectiva y
la consecuente abolición de las clases y el Estado fuera
medianamente largo. Engels en su borrador para el manifiesto, que no
se uso pero que fue publicado más tarde bajo el titulo de Principios
del Comunismo, (y que es siempre una glosa útil del Manifiesto),
expuso esto explícitamente. Contestando a la pregunta, “¿Será
posible suprimir de golpe la propiedad privada?”, escribió:
“No, no será posible, del mismo modo que no se
puede aumentar de golpe las fuerzas productivas existentes en la
medida necesaria para crear una economía colectiva. Por eso, la
revolución del proletariado, que se avecina según todos los
indicios, sólo podrá transformar paulatinamente la sociedad actual,
y acabará con la propiedad privada únicamente cuando haya creado la
necesaria cantidad de medios de producción.”
(http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/47-princi.htm)
No
fué hasta más tarde, después de que hubiera decaído la ola de
entusiasmo revolucionaria del 1848, que Marx y Engels sacaron las
implicaciones totales de esto. Habían estado diciendo, en efecto,
que el establecimiento del socialismo no era posible en 1848. Engels,
en 1895, en una introducción a algunos artículos que Marx había
escrito en 1850 sobre política francesa, enuncio esto abiertamente:
“La historia nos ha dado un mentís, a nosotros, y a
cuantos pensaban de un modo parecido. Ha puesto de manifiesto que,
por aquel entonces, el estado del desarrollo económico en el
continente distaba mucho de estar maduro para poder eliminar la
producción capitalista.”
(http://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/francia/francia1.htm)
Claramente, Engels estaba en lo cierto sobre este punto.
Como Fritz Sternberg ha señalado, el capitalismo predominaba
entonces solo en un país:
“Cuando Karl Marx y
Friedrich Engels escriben El Manifiesto del Partido Comunista, – es
decir, a mediados del siglo XIX – el capitalismo predominaba sólo
en Inglaterra; los Estados Unidos eran sólo un país colonial, en el
que la población agrícola sobrepasaba de lejos a la población
industrial; en Europa, los albores del capitalismo se confinaban al
Coste – en Alemana, por ejemplo, las formas de producción pre-
capitalistas eran aún dominantes; Rusia y Japón eran aún Estados
feudales; y relativamente había pocos puntos en la costa asiática
los cuales estaban en contacto con los países Occidentales en los
cuales el capitalismo había comenzado. Decir que, en aquel tiempo,
quizás el 10% de la población mundial estaba ocupada en la
producción capitalista es probablemente una estimación optimista.”
(Capitalism and Socialism on Trial, Londres, 1951, p. 19)
Si
el socialismo no era posible en 1848, esto suscita la interesante
pregunta (claramente relevante para los últimos intentos de
establecer el socialismo en un sólo país y atrasado): ¿Qué
hubiera sido capaz de hacer la clase obrera, o más bien, un grupo
determinado de comunistas, en el caso remoto de haber obtenido el
control del poder político en ese tiempo? Seguramente, solo
desarrollar el capitalismo. De hecho, la lista de medidas al final de
la Sección 2 (“proletarios y comunistas”) del Manifiesto,
y referida a lo que antecede, puede ser descrito con exactitud como
de naturaleza de capitalismo de estado. Desde entonces muchas de
ellos han sido satisfechas en países abiertamente capitalistas
(impuesto progresivo sobre la renta, banco estatal, nacionalización
de los ferrocarriles, educación gratuita, prohibición del trabajo
infantil, etc.) indicando de este modo que no había nada
inherentemente anticapitalista en ellas.
Ni Marx, ni
Engels fueros lo suficientemente lejos para repudiar estas medidas, o
para enunciar que los comunistas de 1848 estaban equivocados al haber
imaginado que podían incluso tomar el poder político y establecer
solos el socialismo en aquel tiempo. Pero esto es lo que Marx y
Engels escriben en el 1872:
“Ya el propio Manifiesto
advierte que la aplicación práctica de estos principios dependerá
en todas partes y en todo tiempo de las circunstancias históricas
existentes, razón por la que no se hace especial hincapié en las
medidas revolucionarias propuestas al final del capítulo II. Si
tuviésemos que formularlo hoy, este pasaje presentaría un tenor
distinto en muchos respectos.”
(http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-manif.htm).
También, escribiendo en 1850 Engels trataba del destino
de Thomas Munzer, coma el del líder de un partido comunista llegado
al poder antes de que las condicionas estuvieren maduras para el
establecimiento de una sociedad comunista. Vale la pena acatar este
pasaje extensivamente:
“le peor que le puede ocurrir
a un líder de un partido radical es ser forzado a tomar el gobierno
en un tiempo en el que la sociedad todavía no está madura par la
dominación de clase que él representa y para las medidas que
aquella dominación implica. Lo que realmente puede hacer no depende
de su voluntad, sino del grado de tensión alcanzada por el
antagonismo de las diferentes clases y del desarrollo de las
condiciones de vida materiales, de les condiciones de producción y
comercio en la clase sobre la cual siempre existen contradicciones.
Lo que él debe hacer, lo que el partido le pide, de nuevo, no
depende de él o del grado de desarrollo de la lucha de clase y sus
condiciones. El está atado a les doctrinas y reivindicaciones hasta
aquí planteadas que, de nuevo, no proceden de las relaciones de
clase del momento, o del nivel de la producción y el comercio más o
menos accidental. Sino que proceden de la comprensión más o menos
penetrante del resultado general del movimiento social y político.
De este modo, el se encuentra necesariamente en un dilema insoluble.
Se encuentra pues en un dilema insoluble: lo que realmente puede
hacer está en contradicción con toda su actuación anterior, con
sus principios y con los intereses inmediatos de su partido; y lo que
debe hacer no es realizable. El interés del propio movimiento lo
obliga a servir a una clase que no es la suya y a entretener a ésta
con palabras, con promesas y con la afirmación de que los intereses
de aquella clase ajena son los de la suya propia. Quienes ocupan esta
posición ambigua están irremediablemente perdidos”. (La Guerra
campesina en Alemania)
El mismo Marx había escrito algo
parecido en octubre de 1847 (unos pocos meses antes de que él y
Engels escribiesen el Manifiesto):
“si el
proletariado derroca el poder político de la burguesía, su victoria
no pasaría de ser pasajera, sería solamente un cambio al servicio
de la misma revolución burguesa, como lo fue en el año 1794,
mientras la historia misma, en su desarrollo, en su ‘movimiento’, no
se encargue de crear las condiciones materiales que hagan necesaria
la abolición del modo de producción burgués y, por tanto, y a la
par con ello, el derrocamiento definitivo del poder político de la
burguesía.” (Deutsche-Brüsseler-Zeitung, 11 de noviembre de
1847, énfasis de Marx).
Era eso mucho que decir que
tuvieron Marx y Engels y otros en la Liga de los Comunistas l legado
a controlar el poder político en 1848, que, no siendo capaces de
implantar el socialismo, ellos habrían estado “irremediablemente
perdidos”, y que no habrían tenido ninguna otra alternativa que
desarrollar el capitalismo (incluso bajo la forma de un capitalismo
de Estado).
En todo caso, la situación nunca lo
presento ni siquiera como una remota posibilidad. En el exilio en
Londres Marx y Engels pronto se dieron cuenta de la futilidad de los
comunistas conspirando para la toma del poder político en el futuro
inmediato, y tendieron a concentrarse en la larga y dura tarea de
preparar a la clase obrera que se organizara a sí misma para la toma
del poder político.
Después de 1848 la industria
moderna hizo grande avances. En el 1847, Engels había escrito que
los medios de producción no estaban disponibles en cantidad
suficiente para permitir el inmediato, o incluso rápido,
establecimiento del socialismo. Un cuarto de siglo más tarde, en
1872, escribía:
“Gracias precisamente a esta
revolución industrial, la fuerza productiva del trabajo humano ha
alcanzado tal nivel que, con una división racional del trabajo entre
todos, existe la posibilidad – por primera vez desde que existen
hombres capaz de producir lo suficiente, no sólo para asegurar un
abundante consumo a cada miembro de la sociedad y constituir un
abundante fondo de reserva, sino también para que todos tengan
además suficientes ocios, de modo que todo cuanto ofrece un valor
verdadero en la cultura legada por la historia – ciencia, arte,
formas de trato social, etc. – pueda ser no solamente conservado,
sino transformado de monopolio de la clase dominante en un bien común
de toda la sociedad y además enriquecido.” (Contribución al
problema de la vivienda,
http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/73cpv/2.htm).
Y seis años más tarde, en la parte del Anti-Dühring
más tarde publicado como el panfleto Socialismo Utópica y
Científico, inmensamente popular:
“Por vez primera,
se da ahora, y se da de un modo efectivo, la posibilidad de asegurar
a todos los miembros de la sociedad, por medio de un sistema de
producción social, una existencia que, además de satisfacer
plenamente y cada día con mayor holgura sus necesidades materiales,
les garantiza el libre y completo desarrollo y ejercicio de sus
capacidades físicas y espirituales.”
(http://www.marxists.org/espanol/m-e/1880s/dsusc/3.htm)
En otros palabras, la opinión de Engels era que por los
1878 contrariamente a la situación da 1848, “el estado del
desarrollo económico [estaba] maduro para poder eliminar la
producción capitalista”. Si bien él no podría haber
contestado a la pregunta, “¿sería posible que la propiedad
fuera abolida de un golpe?” con un “si”, él,
ciertamente, habría contestado que podría ser abolida (i.e.
propiedad colectiva y una sociedad sin clases establecida) bastante
rápidamente. El principio está claro aquí, para Marx y Engels
cuento más alta es el nivel de desarrollo de los medios de
producción, más corto es al periodo de transición política que se
necesita para hacer de los medios de producción propiedad común de
la sociedad como un todo.
Engels exageraba cuando
escribió en 1872 que los medios de producción podían entonces
haber abastecido “lo suficiente, no sólo para asegurar un
abundante consumo a cada miembro de la sociedad y constituir un
abundante fondo de reserva”. Ciertamente, los medios de
producción podrían haber proporcionado lo suficiente para eliminar
la pobreza material completamente y elevar al consumo de todos por
encima del nivel que los tenían que resistir bajo el capitalismo,
pero no hubiera sido realmente posible satisfacer el principio de “de
cada cual, según sus capacidades a cada cual, según su
necesidades”. Por supuesto, Engels reconoció esto y fue
precisamente el punto de vista de Marx así como sus notas sobre el
programa de Gotha acerca de la inevitabilidad de algunas limitaciones
del consumo gratuito en la “primera fase” del socialismo
(lo que reconoció).
Habiendo discutido la cuestión da
cuanto tiempo Marx y Engels esperaban que durara el periodo político
de transición entre el capitalismo y el socialismo podemos
preguntarnos ahora, cuánto tiempo pensaban que la transición (como
cada una quiera llamarla) entre las fases “primera” y
“superior” del socialismo mismo duraría? Esto es algo que
ellos no parecen haber discutido pero es claro que se aplica el mismo
principio: cuanto más alto el nivel de desarrollo de los medios de
producción más corto es el periodo.
Sin embargo, una
cosa está clara, que el desarrollo de los medios de producción
durante este periodo seria sobre la base de la propiedad colectiva y
el control democrático de los medios de producción y la consecuente
abolición del mercado, del dinero, de la venta y compra, de los
salarios, de los beneficios, etc. La “primera fase de la
sociedad comunista”, como la fase superior, sería una sociedad
sin mercado en la que la producción será conscientemente
planificada para satisfacer las necesidades humanas. Lo que se
produciría serian cosas útiles, para la distribución directa a los
usos sociales democráticamente decididos (consumo individual,
consumo colectivo, expansión de fuentes productivas, reserves,
etc.). Lo que Marx llamó “producción de mercancías”, la
producción da mercancías para la venta en un mercado, no existiría,
no podría existir, sin que la sociedad cesara de ser socialista.
Repetidamente, Marx dejó claro que el socialismo, en
ambas fases, era una sociedad sin mercado, con una producción –
solamente y directamente – para el uso de la sociedad. El
Manifiesto Comunista habla específicamente de “la abolición
comunista del tráfico”, y la abolición no solo del capital
(riqueza usada para producir otra riqueza con una perspectiva de
beneficio) sino también del trabajo asalariado. En el tomo primero
del Capital Marx habla de “el trabajo directamente socializado,
una forma de producción contrapuesta diametralmente a la de
producción de mercancías.” (Capitulo 3) y en el tomo segundo,
de cosas que serian diferentes “en el supuesto de que la
producción fuera colectiva y no poseyera la forma de la producción
de mercancías” (capitulo 20, sección 9). También, en el tomo
segundo, Marx comparando como el socialismo y el capitalismo
tratarían un problema particular, indica dos veces que no habría
dinero que complicara los asuntos en el socialismo: “Si
suponernos en vez de una sociedad capitalista, una comunista, en
primer lugar desaparecería por completo el capital dinero…”
(Capitulo 16, sección 3) y “El capital dinero dejaría de
existir en la producción socializada” (capitulo 18, sección
2). En otras palabras, en el socialismo la producción y distribución
de la riqueza es solo una cuestión de organización y planificación.
Es precisamente Mandel que es si oponente de Marx más
capaz y de más influencia (y los otros que ce san puesto de acuerdo
con él, notablemente Bordiga) sobre esta punto de la naturaleza
completamente sin mercado de la “primera” fase del
socialismo. En su ensayo La Economía en del Periodo de Transición
Mandel apunta que,
“Inmediatamente después de la
victoria de la revolución de octubre y especialmente en el periodo
del comunismo de guerra, los teóricos comunistas contemplaron la
desaparición de una economía socialista principalmente en los
términos de una desaparición inmediata y general de la economía
monetaria y de mercado.”
(http://www.ctr.org.ve/paginas/la_economia_en_el_periodo_de_transicion.html)
Significativamente, no cuestiona por qué esto fue así,
ya que esto le hubiera llevado a tener que admitir que, sobre este
punto, los pensadores bolcheviques estaban en la tradición marxista.
Mandel enuncia que en Rusia pronto apareció que “el
mantenimiento de las relaciones monetarias y del mercado se adaptaba
mejor a la maximización del crecimiento económico y a la mejor
defensa de los trabajadores como consumidores”, y concluye
formulando la siguiente ley general:
“la
supervivencia de las categorías monetaria y de mercado parecen ser
inevitable en el período de transición del capitalismo al
socialismo. Pero su supervivencia ocasiona una serie de consecuencias
económicas y sociales que entran en contradicción con los
imperativos de una sociedad que está construyendo el socialismo.”
De hecho, la experiencia de Rusia bajo el llamado
“comunismo de guerra” demostró que en aquel tiempo la
Rusia aislada estaba madura para alguna forma de capitalismo – con
su “mercedo y categorías monetarios” – y no para el
socialismo. Mandel acepta el socialismo como una sociedad mundial,
sin clases, sin Estado, sin dinero y sin salarios (para definir la,
de algún modo negativamente). Como escribió en The Inconsistencies
of State Capitalism (“Les contradicciones del Capitalismo de
Estado”, IMG, Londres, 1969):
“El socialismo
significa una sociedad sin clase. Por lo tanto presupone no sólo la
supresión de la propiedad privada de los medios de producción, en
la sucesiva dirigida de modo planificado por los mismos trabajadoras
asociados sino que también clama por un grado de desarrollo do los
fuerzas productivas que haga posible la desaparición de la
producción de mercancías, del dinero, y del Estado.”
y
“La
clase obrera… no es capaz de edificar una sociedad socialista en un
solo país, ni incluso en los Estados Unidos (por no hablar de Gran
Bretaña o de la Europa Occidental).”
Todo lo que
puedo consolidarse en el futuro inmediato, dice Mandel, es una
tercera sociedad. Ni capitalista. Ni socialista, que tendrá el
objetivo de desarrollar los medios de producción hasta el grado que
el socialismo mundial sea posible como una sociedad de abundancia:
una “sociedad transicional” entre el capitalismo y el
socialismo, con su propia estructura social y con leyes económicas
diferentes de las leyes económicas del capitalismo y del socialismo.
Mandel describe a esta llamada sociedad transicional suya como sigue:
“Nacionalización de todos los medios de producción
bajo el control de los obreros, economía planificada
democráticamente, pero aún con la producción de mercancías de
bienes de consumo, con la supervivencia del dinero, con comercio
exterior y con un ejército de los obreros en tanto en cuanto
subsista la amenaza de los Estados burgueses fuertes”.
Esta
“sociedad transicional”, como el capitalismo pero no como
el socialismo puede establecerse a escala nacional. De hecho, dice
Mandel, sería el objetivo inmediato de cada clase obrera nacional
(rechazando de este modo el punto de vista marxista según el cual la
clase obrera de todos los países deberían apuntar a una revolución
socialista mundial más o menos simultáneamente).
Si
Marx había suscrito realmente este punto de vista, de que había
otro sistema de sociedad – durando toda una “época” –
entre el capitalismo et el socialismo, es curioso, por lo menos, que
él nunca lo mencionara. De hecho, en ningún parte Marx habla de
ninguna “sociedad transicional” entre el capitalismo y el
socialismo o para utilizar alguna de las frases empleadas por Mandel,
“la época de transición del capitalismo al socialismo”,
“una economía transicional”, “la sociedad en
transición del capitalismo al socialismo”. Ciertamente, él
habla de un “periodo político de transición ” y de un
“periodo de la transformación revolucionaria” entre el
capitalismo y el socialismo pero, como hemos visto, esto era
meramente el periodo durante el cual la clase obrera usaría su
control del poder estatal para establecer la propiedad colectiva de
los medios de producción, un periodo político de transición
relativamente corta que sería tanto más corto cuanto más elevado
fuera el desarrollo de los medios de producción en el momento en el
que la clase obrera ganara el control del poder política y
ciertamente, sin durar una “época”.
Mandel
trata de justificar su posición identificando su “sociedad
transicional” en la “primera fase de la sociedad comunista”
de Marx (y pensar que la frase “primera fase de la sociedad
comunista” quiere decir, obviamente, lo que dice: la primera
fase de la sociedad comunista, de ninguna otra distante). Hemos
visto, como Marx reconoció la inevitabilidad de algunas limitaciones
en el consumo gratuito en los primeros estadios del socialismo (si se
hubiera establecido en les 1.870) y mencionó “los certificados
del tiempo de trabajo” como un método posible para hacer esto.
Mandel sostiene que en estas circunstancias se use los certificados
del tiempo de trabajo, o se use dinero, es sólo un asunto de
elección. Argumenta que el dinero es mejor porque permite a los
obreros, como consumidores más libertad de elección que los
certificados del tiempo de trabajo o cualquier sistema de
racionamiento físico.
Pero esto se basa en una completa
incomprensión de la teoría marxista del dinero. Para Marx el dinero
no era una cosa sino una relación social, una categoría económica
que existía sobra la base de ciertas relacionas sociales entre los
productoras, específicamente, una economía de trueque, reflejando
el hecho de que la producción no estaba todavía socializada sin
realizada por productores individuales aislados y más tarde el hecho
de que, a pasar de la producción socializada, había aún
apropiación privada o parcial. Señalo que “los certificados
del tiempo de trabajo” no eran dinero; eran simplemente pedazos
de papel autorizando una persona a retirar la provisión de productos
reservados para el consumo individual. No circulaban, ni reflejaban
una relación de propiedad privada. Como lo esposos, Marx en un
pasaje de sus notas sobre el programa de Gotha – un pasaje
accidentalmente entrecomillado par Mandel en el artículo de Critique
– “en la sociedad de cooperación basada en la propiedad
colectiva de los medios de producción, los productores no cambian
sus productos”.
No queremos defender el sistema de
los “certificados del tiempo de trabajo”. Era inapropiado
incluso en tiempo de Marx, sufriendo numerosas anomalías, algunas de
las cuales fueron reconocidas por el mismo Marx. Suscribiríamos el
punto de vista de la crítica de Marx a los esquemas que introduce el
“trabajo-dinero” bajo el capitalismo como apropiado también
en cierta medida al esquema de los “certificados del tiempo de
trabajo” en los primeros estadios del socialismo. Pero está
claro que Marx no consideraba el uso del dinero (una mercancía que
se ha convertido universalmente en permutable con todas las otras
mercancías) como una forma alternativa de racionamiento en la
“primera fase de la sociedad comunista” de hecho, hubiera
considerado esto como una propuesta contradictoria absurda. ¡Podemos
imaginarla reprendiendo duramente a Mandel en los mismos términos
que el reprendió a Proudhon por sandeces similares!
Volvamos
ahora a la cuestión de por cuánto tiempo tendrían que continuar
algunas restricciones sobre el consumo gratuito después del
establecimiento del socialismo. Mirando atrás, ahí podemos decir
que de haberse consolidado el socialismo mundial en el 1879, podría
haber pasado una generación antes de que hubiera podido ser
satisfecho el acceso gratuito total a los bienes de consumo y
servicios, de acuerdo con les necesidades individuales. Este cálculo
se basa en el hecho de que fue en el 1900 que empezaron a sentirse
les efectos de la llamada segunda revolución industrial – la
aplicación a la producción del motor eléctrico y del motor de
combustión interno. Recuerden que Marx y Engels juzgaban las
posibilidades del socialismo en base solamente de la primera
revolución industrial (la aplicación a la producción del motor de
vapor). Marx, que murió en el 1883 nunca vio ni un motor eléctrico
ni un motor de combustión interna. Pero por supuesto cada avance de
la tecnología convertía el socialismo incluso en algo más
relevante.
Alrededor del 1900, gracias a esta
segunda revolución industrial, el capitalismo llegó a ser el
sistema mundial predominante. Por “predominante” no
queremos decir que el capitalismo existiera en todo el mundo sino que
meramente toda la gente del mundo incluso si Vivian bajo condiciones
pre capitalistas, fueron decisivamente afectadas por el
funcionamiento del capitalismo mundial. Si ustedes lo prefiere, el
1900 indica la conversión del capitalismo en un sistema mundial –
un hecho que algunos escritores marxistas han descrito como su
conversión en “imperialista”. En el 1914, con el estallido
de la primera guerra mundial en la historia de la humanidad, fue una
sangrienta confirmación de esto. Entrecomillamos a Sternberg de
nuevo:
“El desarrollo capitalista se había tomado
varios cientos de años para llegar al estadio en el que quizás un
diez por ciento de la población mundial producía según líneas
capitalistas, pero los dos tercios del siglo que le siguió –
aproximadamente desde la mitad del siglo XIX hasta el estallido de la
primera guerra mundial – el capitalismo se convirtió en la forma
de era la producción dominante no sólo en un país, Inglaterra,
sino en todo el mundo, hasta quizás entre un 25% y un 30 % de la
población mundial producía según líneas capitalistas, mientras
que n Gran Bretaña, Estados Unidos, Alemania y en la Europa
Occidental en general, el capitalismo mantenía prácticamente el
monopolio de la producción. Al mismo tiempo el desarrollo
capitalista había hacho un progreso considerable en Rusia y en
Japón, aunque aún existían vestigios del feudalismo, mientas que
en los otros países asiáticos las formas de producción pre
capitalistas habían sido definitivamente socavadas.”(Socialismo
and Capitalism on Trial, p. 19).
De hecho, podemos
situar el fin del papel del capitalismo en la historia – al crear
los lazos materiales para una sociedad de abundancia socialista
mundial – en esta época. Alrededor de 1900 el capitalismo había
sobrevivida completamente a su utilidad. Desde entonces solamente el
establecimiento inmediato del socialismo mundial ha sido
“progresivo”. De hecho, desde entonces, el socialismo
mundial – dado, por supuesto, el desarrollo de un movimiento
socialista mayoritario entre la clase obrera en las partes
industrializadas del mundo – podría haber sido establecido “de
un golpe” por una más o menos revolución socialista mundial.
Desde e1 1900 la clase obrera ha necesitado aún, en
cierta manera, organizarse para tomar el poder político en los
distintos estados del mundo, y, en este sentido, un “periodo
político de transición” durante el cual la clase obrera use el
poder estatal para establecer la propiedad colectiva de los medios de
producción, es aún necesaria. Sin embargo ya que este periodo sería
tan corto como despreciable, el concepto de un periodo de transición
ha pasado de moda.
Similarmente, aunque en los
primeros años del socialismo, mientras se clarifica el desarreglo
dejado por el capitalismo, puede que aún sean necesarias algunas
restricciones del consumo gratuito total, la sociedad socialista
mundial podrá ahora avanzar rápidamente (i.e., bajo una década)
como mucha satisfaciendo el libre acceso a los bienes de consumo y a
los servicios de acuerdo a la necesidad individual como principio de
distribución. Para resumir, el concepto de un “periodo de
transición”, que dura varios años, entre el capitalismo y el
socialismo es hoy un concepto obsoleto del siglo XIX, con el ideal de
una “sociedad transicional” entre el capitalismo y el
socialismo, como propone Mandel nunca se encuentra.
(Critique
5, 1975)